Cuando pasan cosas como las del martes percibes aún más tu fragilidad y también percibes que la justicia está hecha para los malos y que no hay nada que diste tanto de las personas. Este fue el motivo por el que dejé de estudiar Derecho.
Y no hay nada que haga más falta en esta vida.
Para la libertad, sangro, lucho y pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.
Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espuma mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.
Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado que retoño
porque aún tengo la vida.
Miguel Hernández
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