Hoy he recibido un e-mail de Gabriel Abril anunciando nuevas canciones. Me he acordado de nuestro antiguo intercambio de mensajes y de su pasión por la letra bien escrita. He leído algunas cosas de su blog: imperativo y agudo, como antes (o como siempre) y sensible en todas las medidas de lo posible.
El blanco hospital de sus textos me ha recordado que la semana que viene tendremos que revolver a esas asépticas paredes. Aunque esta vez la incertidumbre sea menos incierta, no dejo de temblar cuando pronuncio: hos-pi-tal.
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